Antes de nada, nos gustaría aclarar que teníamos un pequeño lío con lo que debíamos publicar en el blog; pero ahora que ya lo sabemos nos pondremos a ello.La primera práctica que trabajamos versaba sobre una maestra que deseaba innovar sus clases (de Educación Infantil) incorporando las Nuevas Tecnologías, pues pensaba que los recursos utilizados hasta el momento eran poco motivadores y atractivos para sus alumnos.
En mi opinión, el problema que se presentaba en esta práctica era que la docente no había tenido en cuenta los
criterios de integración de las Nuevas Tecnologías.Adela (la profesora) tenía que haberse planteado que tales tecnologías contaban con unos determinados
aspectos que podían limitar el curso normal de sus clases. A nivel
simbólico, en función del medio emplearía unos determinados códigos, que a su vez estarían condicionados por las capacidades de sus alumnos. A nivel
técnico, no podía limitarse al uso del ordenador, pues en cualquier momento podía surgir un inconveniente y ella tenía que contar con otros recursos. Y, en cuanto a aspectos
semánticos se refería, era fundamental que estructurase la información de modo que sus alumnos se sintiesen motivados por aprender, después de todo jugaba con el
factor novedad: tenía que conseguir que pasasen de estar interesados por el medio, a estarlo por los contenidos.
Esta última situación es la que me parece más compleja de conseguir en mi futura docencia, pues los niños suelen tener una gran facilidad para distraerse y desmotivarse cuando algo les resulta "familiar".
Por lo tanto, Adela no debería de haber obviado los elementos curriculares puesto que los medios nunca pueden ser ajenos al curriculum. Es así como afirmaríamos que
el aprendizaje no está nunca en función del medio, sino de la metodología que el profesor utilice.Por otra parte, Adela debería de haber contemplado el contexto escolar puesto que las infraestructuras de su centro no parecían ser las más adecuadas, ya que contaba con pocos recursos y, los que había conseguido recopilar del exterior (de otros centros), en muchas ocasiones no estaban adaptados a las características de su grupo-aula.Además, la
cultura organizativa que aparecía en su centro no le favorecía, pues era la única profesora dispuesta a embarcarse en esta ardua tarea... Quizá debería haberse planteado que lo mejor era que el resto de compañeros adquiriesen una
formación adecuada para el uso de las Nuevas Tecnologías.
Por supuesto, todo lo anterior carecería de sentido si no aparecían los
destinatarios: sus alumnos.Adela debería de haber tenido en cuenta las
capacidades de cada uno de ellos, el
estilo de aprendizaje al que mejor se acoplaban, sus
variables fisiológicas y evolutivas y, por supuesto, la
relación previa que ha mantenido cada niño
con el medio porque se encontrará con niños que desconozcan totalmente el uso del ordenador y otros que se desenvuelvan mejor.
Además, cuando Adela contemplaba a los destinatarios también debía de contar con los padres de los niños, pues ellos poseerían una determinada
actitud hacia estos medios que favorecería o entorpecería el uso de las Nuevas Tecnologías. Y, finalmente, saber el
nivel de generalización del medio, la accesibilidad de las familias al mismo en su hogar o contexto más próximo.
Está claro que la idea de Adela era innovar, pero bajo mi punto de vista deberíamos de aprender de su error y quedarnos con una idea clave:
"Si el uso de un recurso didáctico interactivo no va a suponer una mejora en el proceso de enseñanza-aprendizaje, mejor no usarlo y respetar el material que se utilizaba antes."
Publicado por
María Victoria
en
18:04